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Cueva de Llonín, el queso asturiano tipo camembert de Peñamellera

 

Pocos pueden imaginar que un queso de pasta blanda elaborado a partir de leche pasteurizada de vaca sea un queso 100% asturiano. Pero el queso Cueva de Llonín nace en el corazón de Peñamellera Alta de las manos de Carmen Pérez, Ramón Gala y María del Mar, quienes, tras muchos años de pruebas, han conseguido elaborar de forma artesanal el conocido como el camembert asturiano. Un queso que sorprende a los amantes de los quesos del Paraíso, acostumbrados a las pastas prensadas y autoprensadas de los gamonéos o cabrales, al tiempo que los enamora con su frescura, cremosidad y aromas que recuerdan al otoño. Y es Asturias puede presumir de ser la mancha quesera de Europa que, gracias a las 42 variedades de quesos artesanales, ofrece opciones para todos los gustos y paladares.

Claves del Cueva del Llonín de Peñamellera

  • Procedencia: Concejo de Peñamellera Alta. Asturias
  • Tipo de leche: leche pasteurizada de vaca
  • Quesería: Cooperativa Queso Peñamellera
  • Peso: 400 gramos
  • Corteza: natural, fresca y con moho
  • Pasta: blanda
  • Sabor y aroma: fresco, cremoso, con aromas a humedad, hongos y setas. Sutiles notas amoniacales y picantes
  • Corte: cortes alargados con piel (tranchas)
  • Maridaje: cerveza artesanal asturiana

Principales características del Queso Cueva del Llonín

Un fino velo blanco aterciopelado con hendiduras enrejilladas da vida a la corteza de este queso cilíndrico formada gracias al penicilium candidum. Pero la sutiliza de su corteza, esconde un queso cremoso que, por su madurez, recuerda a un camembert pero, por su juventud, nos traslada al brie. Y es que este queso de Peñamellera es similar a los franceses pero que esas notas y aromas que confiere la leche de vaca de un entorno único, arropado por la Sierra del Cuera, los Picos de Europa y el río Cares.

¿Cómo se elabora este queso de Peñamellera?

Sin duda, la tradición ganadera de Peñamellera y la costumbre de elaborar los denominados quesos escapaos - quesos no curados, blandos y cremosos, que al adquirir corteza dejan escapar el queso por las grietas – han sido claves en la elaboración del Cueva del Llonín.

Pero si un factor ha sido determinante en el nacimiento del Cueva del Llonín en 2000 fue apuesta de Carmen Pérez, hija de los fundadores de la Cooperativa, por evitar el cierre de la sociedad, creada por los ganaderos de la zona, y por preservar la elaboración tradicional del queso. Así Carmen, y su marido, Ramón Galán han apostado por nuevas elaboraciones cuyo resultado final se plasma en el Cueva del Llonín.

Un queso de leche de vaca que requiere del saber hacer de las manos artesanas para, con la ayuda de una garfiella, mantener la estructura de la cuajada. El resultado es una pasta blanda, suave y con un corte firme en la primera semana de su elaboración, que, poco a poco, a medida que el moho se adentra en su interior, el penicilium candidum lo va protorizando hasta conseguir una pasta cremosa y gomosa.

Y es que el penicilium candidum es el alma del Llonín. El encargado de mantenerlo vivo para hacer las delicias de los más queseros que inician un viaje desde su exterior esponjoso, cremoso y blanco, a un interior amarillento y fundente que recuerda a los paisajes del Valle Alto de Peñamellera.  

¿Cómo cortar, degustar y madurar este queso “escapao”?

Degustar el Llonín es adentrarse en los paisajes y sabores de la montaña asturiana. Un viaje que comienza por su corteza exterior que conserva toda la acción del moho sobre la pasta blanda de leche de vaca y que finaliza en su interior cremoso y gomoso, con notas amoniacales y con los aromas del otoño de la mano de la destacada presencia a humedad, hongos y setas, y la leve presencia de la hierba fresca y las notas picantes.

Eso sí, para saborear toda su esencia el queso Cueva del Llonín debe ser cortado en tranchas, en tiras alargadas, con ayuda de una lira o un cuchillo quesero, preservando la corteza para apreciar la acción del moho del penicilium candidum desde el exterior al interior. Porque, aunque no estamos ante un queso típicamente asturiano, mantiene la tradición de la tierra de ser elaborado con productos naturales y la corteza, por tanto, puede ser consumida.

No obstante, no podemos olvidar que estamos ante un queso asturiano diferente. Por eso, es el aliado perfecto para marcar la diferencia en una tabla de queso, como mono consumo para extraer todas sus características únicas durante el aperitivo o el acompañante ideal para salsas o ensaladas. Incluso se puede rebozar y freír o introducirlo en el horno para disfrutar de una fondue asturiana. Todo ello, regado con una cerveza artesanal asturiana o con un vino blanco DOP de Cangas.

Y es que el Cueva del Llonín de Peñamellera comparte algunas características sensoriales con los quesos Brie y Camembert pero con el toque único y diferencial de un queso 100% asturiano.

Atrévete a saborear el camembert 100% asturiano. Haz tu pedido y te lo llevamos a casa.

 

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