En una parroquia asturiana de poco más de 200 habitantes, se elaboran algunos de los quesos asturianos más conocidos más allá de nuestras fronteras. Porque si de algo puede presumir la parroquia de La Peral, en el concejo asturiano de Illas, es de dar nombre a uno de las queserías más populares a nivel nacional e internacional. Y es que Quesos La Peral ha conseguido hacerse un nombre en el mundo del queso. No solo por su amplia experiencia como elaborador, también porque sus quesos son reconocidos y valorados por todo buen amante de los buenos quesos artesanales.
Las cifras de La Peral hablan por sí solas. Utilizan 1.500.000 litros de leche en una producción cuyo 25% viaja fuera de Europa, es decir, 166.000 kilos de quesos artesanales asturianos se consumen en Europa y Estados Unidos.
Más allá de las cifras, hablar de La Peral es hablar de uno de los quesos asturianos más exquisitos y valorados: los azules y semi azules. La familia López Álvarez es experta en elaborar quesos artesanales asturianos con ese signo de identidad propio del penicillium que, además de cargar de carácter y personalidad al queso, le confiere ese aroma propio de los azules del Paraíso. Bien sean de vaca, oveja o de cabra, La Peral trabaja con una maestría quesera que permite identificar sus quesos no solo por el envoltorio que, aunque varía en función el tipo de leche, guarda en común su aspecto metalizado, también por ese sabor y gusto en boca tan característico de La Peral.
Pero, sin duda, La Peral además de ser sinónimo de quesos asturianos de primera calidad, también es un modelo de empresa familiar exitosa que ha conseguido combinar el arraigo a un pasado quesero que se remonta a principios del siglo XX, con la innovación y la tecnología alimentaria más puntura para hacer del binomio una quesería que el 23 de junio de 2023 cumplirá su primer siglo de vida cosechando éxitos.
Illas y la familia López Álvarez han sido el binomio que ha conseguido llevar a Quesos La Peral a la cima del éxito. Una conquista que comenzó en 1923 cuando su fundador Antonio León Álvarez fundó la quesería que hoy ha conseguido conquistar la cumbre de los quesos.
Desde entonces, en la quesería bañada por los aires del Cantábrico y situada a 600 metros de altitud, la saga López Álvarez ha continuado con la tradición quesera década tras década hasta alcanzar ya la quinta generación familiar. De Antonio el saber hacer pasó a su hija, María Luisa León, y su yerno, Dionisio López. María, a su vez, pasó el relevo a su hijo, José Luis López León, y su nuera, María Esther Álvarez Bango. Ahora Noemí López, biznieta del fundador y primogénita de José Luis y María Esther Álvarez, sigue con la tradición como responsable de calidad y encargada de desarrollo de producto.
Así la continuidad del legado y de la estirpe quesera está garantizada para seguir cosechando éxitos. Una labor que ha sabido combinar producción artesanal e innovación tecnología para ser reconocido en numerosas ocasiones con galardones como “Familia empresaria”, “Silver Award” o “Gourmet queso”, entre otros. Pero especialmente en los paladares de los comensales gracias a sus quesos azules con incrustaciones de penicillium y sello La Peral:
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