La quesería de Peñamellera: un tesoro en peligro de extinción

La quesería de Peñamellera: un tesoro en peligro de extinción

Carmen Pérez Corral tenía 15 años cuando entró por primera vez en la quesería donde trabajaba su padre, uno de los socios fundadores de la quesería de Peñamellera, para echar una mano en verano. La suya es una verdadera historia de perseverancia, de tesón, de mucho trabajo y de creer en las posibilidades de una actividad que, con los años, otros fueron abandonando. Carmen habla con pasión de su trabajo, y recuerda que el amor propio «y el que mi padre fuese uno de los fundadores me hizo continuar». «Me daba mucha pena tener que cerrarla y peleamos para que saliera adelante». Todo un ejemplo de superación ante las adversidades.

A pesar de la pasión que Carmen siente por su trabajo, la realidad de la situación en Peñamellera es preocupante. Con una población muy envejecida y cada vez más reducida, la quesería y otras actividades locales están en riesgo de desaparecer.

Pero a pesar de estas dificultades, Carmen sigue adelante, día a día, con su trabajo con una dedicación inquebrantable. La cooperativa, que llegó a tener más de veinte socios ganaderos, actualmente la sostienen solo Carmen y su compañera. A pesar de esto, han logrado expandir su producción a cuatro variedades de queso, incluyendo el Cueva de Llonín, que se ha convertido en una pequeña joya culinaria con su envidiable pasta blanda.

Carmen y María del Mar son un ejemplo de perseverancia y dedicación en una época en la que la vida en las zonas rurales es cada vez más complicada. La quesería de Peñamellera es un tesoro que debe ser valorado y protegido, un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se cree en las posibilidades de una actividad y se trabaja duro para mantenerla viva.

Variedades del queso de Peñamellera

Además del, ya mencionado, Cueva de Llonín, la quesería de Peñamellera cuenta con una amplia gama de quesos artesanales; entre los que se encuentra el Peñamellera a la Sidra, macerado en sidra natural asturiana. El Peñamellera Cuayau, uno de los más característicos de la quesería y cuya llamativa corteza se forma gracias al secado en una estructura de varas de avellano, denominada Zardo, típica del concejo asturiano.

Y no podemos olvidarnos de nuestro queso del mes, el Peñamellera Cuayau Ahumado. Una variedad que destaca por su sabor capaz de conquistar a los paladares más exigentes como el Celler Can Roca.

Peñamellera, una tierra de leyenda

Adentrarse en el valle de Peñamellera Alta, es entrar en una tierra de leyenda donde la Historia, la geografía y la naturaleza se unen para crear un lugar mágico e inigualable. Se encuentra limitando con Llanes, Cabrales, Peñamellera Baja y Cantabria. Peñamellera Alta es un concejo muy bien definido por los accidentes geográficos que la rodean, desde la majestuosa Sierra de Cuera y los Picos de Europa, hasta el legendario pico Peñamellera, que divide el concejo en dos.

Este territorio de 92,19 km² cuenta con una red hidrográfica espectacular, incluyendo los ríos Jana, Rubo, Besnes, Candaliega, Molinuca y, sobre todo, el río Cares, donde podrás disfrutar de una gran variedad de rutas y actividades con las que disfrutar de la naturaleza de la zona en todo su esplendor. La fauna y la flora son otro de los grandes atractivos de esta tierra, donde se puede apreciar una gran variedad de especies como corzos, rebecos, jabalís, lobos y truchas en sus ríos.

Ubicado en el extremo oriental de Asturias, Peñamellera Alta guarda una identidad propia de gran arraigo consecuencia de su propio aislamiento geográfico; una de sus debilidades convertidas en fortaleza.

La capital de este concejo es Alles, un núcleo poblacional con un rico patrimonio monumental y artístico, como la iglesia parroquial y diversas casonas indianas. Además, su paisaje es incomparable, con unas vistas de la sierra de Andara en los Picos de Europa que te dejarán sin aliento.

A pesar de la emigración a las américas de comienzos del siglo XX, Peñamellera Alta mantiene un fuerte arraigo en sus raíces, donde la relación entre sexos se encuentra bien repartida y el envejecimiento de la población es evidente. Pero, aun así, sus habitantes se aferran a su hogar, a su cultura y a su historia, lo que les convierte en una comunidad única y especial.