Un paseo por los Picos de Europa para conocer la cuna del Gamonéu del Puerto

Solo un lugar tan singular como los Picos de Europa puede ser la cuna de uno de los quesos asturianos más valorados y apreciados del mundo: el Gamonéu del Puerto. Porque las cimas más altas de esta joya natural del Paraíso son el refugio de las majadas que dan cobijo al ganado y a los escasos artesanos, concretamente cuatro queserías, que continúan defendiendo un queso labrado con sacrificio y dedicación.

Y nada mejor para adentrarse en la tradición quesera más ancestral de Asturias que descubrir los parajes privilegiados de los Picos de Europa y dejarse llevar por la magia de un lugar único. Un paisaje cuya singularidad y belleza fue reconocida en 1995 al ser declarado Parque Nacional y que alberga los verdes pastos que sirven de alimento para las cabras, vacas y ovejas y que proporcionan la materia prima tan especial que se utiliza para este queso artesanal y que confiere ese aroma herbal tan presente en el Gamonéu del Puerto. Pero también, esas recónditas cuevas escondidas a una altitud casi infinita en cuyo interior duerme este manjar de la gastronomía asturiana para crear la atmósfera perfecta que permita florecer en el interior y exterior del queso el penicillium y marque de personalidad y singularidad al del Puerto.

No obstante, para adentrarse en la geografía de este queso de las montañas es fundamental tener en cuenta la estacionalidad que viene determinada por los escasos meses de producción de la variedad del Puerto: la primavera y el verano. Cuando el tiempo da una tregua para visitar las majadas guardianas del Gamonéu.

Y es que con independencia del punto de partido, visitar los Picos de Europa es recorrer la historia por una forma de ver, entender y sentir la elaboración del Gamonéu del Puerto. Una tradición quesera que se plasma en los concejos de Onís y Cangas de Onís, situados en el corazón de los Picos de Europa.

Los imprescindibles de los Picos de Europa

A pesar de que los tres macizos montañosos de los Picos de Europa permanecen inmóviles al pasar de los años, cada visita a los Picos de Europa es especial y diferente. Una oportunidad única para descubrir un lugar emblemático guardián de uno de los sabores más característicos del Paraíso.

Ruta del Gamonéu

Perfecta para los más queseros que quieren conocer los lugares más singulares del Gamonéu, la ruta comienza en Benia, localidad que alberga cada año el Certamen del queso de Gamonéu, para recorrer la ruta del Gamonéu.

A continuación, nos adentramos en Demúes y la panorámica de la majada de Soñín rodeada por los cuatro costados por las montañas que acogen la elaboración del codiciado manjar de los Picos de Europa y para vislumbrarnos, en los días más despejados, con la presencia en el horizonte del Cantábrico.

Antes de visitar Cangas de Onís, solo para aquellos que estén dispuestos a caminar por una pista la siguiente parada es Belbín. Tras discurrir por su pasado acuoso y su presente marcado por los tonos calizos se llega a un manto verde poblado de pequeñas cabañas y ganado, donde el tiempo parece detenerse para ser el guardián y hogar de los maestros queseros del Gamonéu del Puerto.

Y aquí en el corazón de la variedad del Puerto, recorrer por sus majadas, pastos, cielo y macizos la elaboración de uno de los quesos artesanales asturianos más codiciados.

Puedes consultar todos los detalles de la ruta aquí.

Cangas de Onís

Símbolo indiscutible de Asturias, su Puente Romano y Cruz de la Victoria nos trasladan a la historia de uno de los municipios queseros asturianos por excelencia. Sus calles guardan el aroma y olor de una tradición quesera que ha labrado el pasado y presente de este concejo bañado por las aguas del Sella y que cada domingo tiene su cita en el mercado semanal donde los productores comercializan sus mejores piezas elaboradas de forma artesanal.

Covadonga, sus miradores y lagos

A solo 9 kilómetros de Cangas se ubica un lugar de obligada visita por su valor espiritual, histórico y natural. El hogar de la Santina es también la puerta de entrada natural a los numerosos miradores, como el Mirador de la Reina, el de la Princesa, el de Entrelagos o el del Rey, entre otros. Lugares de pasto para el ganado que descansa libremente en sus majadas y que representan uno de nuestros más paisajes más bucólicos junto con los lagos, Enol, Bricial y Ercina y que nos recuerda el origen glaciar de este lugar emblemático que marca el carácter y la tradición ganadera de Asturias.