Representante de la cultura ganadera y de los esfuerzos por recuperar las actividades artesanales tradicionales, el queso Taramundi semicurado es uno de esos asturianos poco conocidos que merece la pena descubrir.

El Gamonéu de Vega Ceñal no sería posible sin una materia de prima de calidad excepcional que consiguen gracias al ganado de unas 170 cabezas que vive y pasta alrededor de la quesería. Pero, sin duda, no tendría ese aroma, textura y sabor tan característico del Vega Ceñal que solo puede provenir de una familia quesera que ya va por la cuarta generación.

Si al privilegio de degustar el queso Gamonéu le añadimos la oportunidad única de probar uno de los más laureados, el Gamonéu de Vega Ceñal, la experiencia puede ser excepcional. Porque este Gamonéu tiene un sabor y aroma inconfundible procedente de su larga maduración en cueva y de ese sabor procedente de las tres leches de su ganadería propia y que le confiere unas notas, sabor y gusto en boca persistente, homogéneo y singular.

Solo con visualizar el Pata de Cabra, podemos apreciar que estamos ante un queso artesanal asturiano diferente. Porque si algo define el Pata de Cabra de Alejandro Casielles es su forma; ya que, a diferencia de la mayor parte de los quesos asturianos e, incluso, de la mayoría de los quesos españoles, el Pata de Cabra tiene formato tubular ovalado que recuerda a una pata de mulo.

Si el queso La Peral, el Peñoceo o el Peralzola han situado al pueblo del concejo de Illas, La Peral, en el listado de imprescindible de todo buen amante del queso; su privilegiada ubicación lo convierte en un destino perfecto para los amantes de la naturaleza y de los lugares con encanto.

En una parroquia asturiana de poco más de 200 habitantes, se elaboran algunos de los quesos asturianos más conocidos más allá de nuestras fronteras. Porque si de algo puede presumir la parroquia de La Peral, en el concejo asturiano de Illas, es de dar nombre a uno de las queserías más populares a nivel nacional e internacional.

Como buen quesero sabrás que el 27 de marzo es una fecha marcada en nuestro calendario. Pero, sin duda, es un día aún más especial para los amantes de los quesos artesanales asturianos. Porque el Día Mundial del Queso no solo es un homenaje a las 40 variedades y 200 quesos artesanales asturianos diferentes, también a los cientos de pequeños elaboradores que con su trabajo, esfuerzo y dedicación mantienen vivo, generación tras generación, un oficio que forma parte de nuestra cultura, tradición...

Fruto de esta tradición, Siero fue, es y será un referente en la elaboración de productos artesanales asturianos. Y es que son muchos los artesanos que continúan escogiendo alguna de sus 29 parroquias para dar vida a sus productos artesanales asturianos.

¿Qué tendrá la elaboración de queso artesanal asturiano que hasta un químico ambiental ha decidido apostar por una pequeña quesería para llevar a cabo un proyecto de innovación basado en la tradición quesera asturiana? Porque, aunque Alejandro Casielles se formó en Química Ambiental, su profesión siempre ha estado vinculada al mundo de la alimentación como distribuidor. Y ha sido este contacto con el sector el que le ha permitido ser un gran conocedor del mundo del queso.

En la mayor mancha quesera de Europa y en el Paraíso de las vacas, también hay cabida para los quesos artesanales de cabra. Pero eso sí, no para cualquier queso caprino, para las piezas más selectas como el Caramelo de Cabra Selección Alejandro Casielles. 

Solo un lugar tan singular como los Picos de Europa puede ser la cuna de uno de los quesos asturianos más valorados y apreciados del mundo: el Gamonéu DOP. Porque las montañas y valles de esta joya natural del Paraíso son el refugio de las vegas y majadas que dan cobijo al ganado y a los escasos artesanos que continúan defendiendo un queso labrado con sacrificio y dedicación.

Guardian de la tradición quesera más ancestral de Asturias, el del Puerto representa una forma de ver, entender y sentir la elaboración del queso. De una vida dedicada a la elaboración de este manjar asturiano, del saber hacer transmitido de generación en generación, del arraigo y defensa de las tradiciones y del mundo rural, y de la renuncia a las comodidades del siglo XXI para llevar a nuestras mesas una de las joyas queseras más valoradas: el Gamonéu del Puerto.